(Basado en hechos reales)
Hoy ha sido un día especial, uno de esos días en los que un pequeño detalle, una chorradita sin importancia, hace que se os pinte en la cara una boba sonrisa de oreja a oreja, lo que, cuando se lleva un peinado como el mío, hace que el careto parezca un huevo cocido a punto de partirse por la mitad.
Pero no nos pongamos melodramáticos.
Acababa de salir, por aquello del destino, del estanco; de pelearme con el sorbe tarjetas (también llamado lector de tarjetas de créditos) y con la dependienta, una muchachita -al menos en su cabeza, porque a los ojos del mundo ya pasaba la sesentena- que tardó su buena media hora en cobrarme porque el aparatito, oh invento del demonio, oh tecnología futurista e inexplicable... estaba desenchufado.
Así, con la media sonrisa del maldito cinismo, la bolsa con los winstones, que ahora llevan fotos que parecen sacadas de CSI y el bolso de telilla del Ahorramás cargado de pollo, fruta, verdura y zumo (maldito colesterol...), me dispuse a comprar una gatera o un cajón de arena para las... "cositas" del gato, como prefiráis, porque el anterior ya hiede a marisquería Baro y me da la impresión que está empezando a atraer a todos los walking dead del vecindario.
Suerte que estamos en España y la serie todavía no está a la venta.
Así que nada, entro en un todo a cien y, con toda la corrección del mundo, que uno podrá ser lo mínimo que te dan si vas a una tienda de señores a comprar un treintañero con un billete de cinco y un botón de los de antes, pero sigue siendo un señor... ¿Por donde iba? Eso, sí, con toda la corrección del mundo me acerco a la dependienta, una ancianita oriental tan pequeñita y arrugada que casi estoy tentado de preguntarle si tiene Guizmos. En vez de eso le pregunto a la china (no a un guijarro chiquitito, sino a la señora dependienta, que presumiblemente procede de la antigua Manchuria y alrededores)
-Buenos días, ¿tiene gatera?
La buena señora, muy entrañable, me mira con una sonrisa.
-¿Gatera?
Tomo aire, porque soy mucho de tomar aire.
-Si bueno, un cajón para... la arena... del... ¿gato?
Asiente con la cabeza.
-Gato.
-Eso, gato.
-¿Gato?
Pausa que me tomo para recolocar las palabras en mi cabeza, y como uno no sólo es un señor y calvo, sino además un poco payaso, me pongo las manos en la cabeza en el símbolo universalmente reconocido como "orejas de gato" y me lío a maullar.
-Gato -repito después de la actuación y el consecuente descojone de la china.
-Aaaaaaah gato -repite ella también. Y luego, partiéndose la caja me susurra con un guiño cómplice- Ya lo sabía.
-Je je je -me río porque me acabo de quedar a cuadros.
Mientras, la buena señora, me saca una jaula de gatos y mete la mano dentro, señalando.
-Gatos -por si no lo he pillado.
-No... No... -niego- No -y van tres. Matemáticas avanzadas con literal espejo.
-¿No? -pregunta ella con la tristeza pintada en su rostro, de tal forma que me entran ganas de soltarle un beso en cada mejilla e invitarla a almorzar o algo, de maja que es la pobre.
-M...no -vuelvo a negar, aunque a punto de comprar la puñetera jaula para devolver la sonrisa oriental a ese rostro de (atención: TOPICAZO) flor de loto- Necesito un cajón... para el gato... para...
Y sí, me avergüenza reconocerlo, llegados a este momento y visto el buen resultado que me ha dado anteriormente, decido recurir a mis dotes dramatúrgicas de aveado jugador de "¿Quién soy?" o "mimic" O "Averigua qué puñetera película estoy intentadno que adivines por señas". No voy a narraros la escena, cada uno que se haga una imagen mental al gusto.
Y sí, volví a ponerme las manos en la cabeza.
Ja.
El caso es que la mujer vuelve a soltar una carcajada y... atentos al dato, en el colmo de la procacidad, me saca un cajón de arena para el gato, con su palita y todo... ¡y un rollo de papel higiénico"
-Qué cachonda -se me escapa entre dientes, aunque sí, vale, me estoy riendo.
-¿Cachonda? -me dice señalando el papel higiénico.
Me pongo colorado, vete tú a saber por qué a estas alturas.
-Noooo noooo-la corrijo-. Papel higiénico.
-Papel higiénico -repite con ese guiño cómplice al que es fácil acostumbrarse- Ya lo sabía.
Y ahora sí, cuando voy a pagar el maldito cajón, la señora sonríe, lo embute en una bolsa y me empuja la mano con el dinero.
-Regalo -me dice- Mu guapo tú -y se ríe.
Me voy de la tienda con esa sonrisa de oreja a oreja que ya os comentaba antes, porque si esto no es para alegrarte el día, entonces es que la cosa está muy chunga.
Un abrazo para todos los que también me alegráis cada día con vuestros comentarios.
Os dejo con un pequeño poema de Gustavo, no el reportero más dicharachero de Barrio sésamo, sino Adolfo Bécquer:
"Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma al sol:
Hoy la he visto... ¡La he visto y me ha mirado!
Hoy... creo en Dios"
Jajaja, muy bueno el momento del mimo (sobre todo para explicar lo que el gato iba a hacer en el cajón, mi imagen mental me ha hecho partirme la caja). De verdad tío, me alegro que hayas tenido un buen día. Yo estoy todavía currando, pero hoy he tenido noticias de un par de amigas a las que hacía años que no veía (desde la Universidad) y eso también me ha alegrado el día. Cuidate mucho y sigue así.
ResponderEliminarQue cosas os pasan!ajjajaja
ResponderEliminarMira que son modernos, con palita y papel higiénico y todo...estos orientales...;-)
Un abrazo,
Rebeca.
Ojú, aquí como se despiste una se le pasa el turno de palabra! ¿Siempre escribes tanto o es el efecto-blog? :)
ResponderEliminarEn cuanto a las preguntas del post anterior.. Amoavé muchacho, ¿dónde ha quedado el anonimato de internet? XD Alemania, sí. Y si por "fresquito" entiendes "un puñetero y solitario grado", pues sí, hace un fresquito rico rico, ideal pa limpiar patios XD. Y no, no soy teutona (jjijiiiji), me vine aquí para unos meses porque el alemán es mi sustento... Y me ha cambiado la vida :) (como siempre que he estado en el extranjero).
Oye, yo también soy curiosa: los códigos que hay al lado de escoba, aspiradora y demás ¿corresponden a algo o es solo frikismo? ¿es para que no lo entiendan las pelusas? (igual entonces soy pelusa y no lo sabía). Y ¿para qué narices quieres un tatami que haga las funciones de corcho? (ay, espera.. igual no era así. Eno ya mentiendes).
Mi madre viene en pocos días y me debato entre la histeria y la abulia. Soy un poco indecisa XD. Pero es que es imaginármela diciendo "aay cómo se nota que no está tu madre" y me echo a temblar xD. Ah, la estrategia antipelusas definitiva viene con el manual de madre, sorry. "y lo único que he conseguido es que se mosqueen y me aten a la butaca del ordenador". Me meo XD.
Del post de hoy (me estoy planteando seriamente crear un blog para comentarte, leñe :D)... A mí me pasa mucho, aunque pido menos. Que me ponga el café con leche un chicarrón simpático con una sonrisa. Darle una pamplina a un crío que berrea en el metro y que se distraiga. Son cosas que me alegran el día :). Y créeme, desde aquí, entiendo perfectamente eso de recurrir a los gestos para hacerse entender; se siente uno gilipollas, pero consigues comunicarte... ^.^
Anna
jajajaja Menos mal que cuando tenemos alumnos inmigrantes en el centro, y tocan temas escatológicos en biología ya están bastante integrados, porque no me imagino yo a la de Ciencias haciéndole gestos a los ingleses y romanos para indicarles donde está el duodeno, delante de otros veintitantos adolescentes más de la alpujarra jajaja O yo misma, en la educación sexual jajaja!!
ResponderEliminarTienes una arte para contar las cosas en clave de humor que la Hellen hoy tiene que felicitarte a co**nes!!
BESOS!
Felicidades, co**nes!! XD
ResponderEliminarPor lo menos no te ha traido un orinal... ahora piensa si lo que pensaba es que te cagabas en un gato o te limpiabas con él... Lo mismo piensa que nosotros creemos que se los comen y que nos parece terrible porque nosotros nos cagamos en ellos...
De todos modos, que más da, si total, la china lo sabia XD. Besotes y grandiosa entrada!
Me acabas de alegrar la noche, ni te imaginas lo que me he podido reír, me ha encantado la china y tú jugando a Gestos, además me gusta la forma en la que lo has escrito, así que sí, al final te has salido con la tuya y me he picado más ;). Pero lo mejor de todo sin duda son los "Ya lo sabía".
ResponderEliminarGracias, y vuelvo a repetir, me has alegrado (más aún si cabe después de hablar) el día.
Joer, Pedro, es que los reencuentros molan un montón, especialmente con gente a la que le tienes cariño y más aún cuando es esa gente la que se pone en contacto contigo. Me alegro de que vaya la cosa bien y de que te hasyas reído un rato. Un fuerte abrazo, tío y disfruta el fin de semana.
ResponderEliminarBufff. Rebeca, ni la mitad de lo que me pasa, en serio. Tengo un imán para las cosas raras, o me lo curro para que pasen, o me meto en medio cuando están pasando, no lo sé, pero me encanta.
Anna, voto por eso de que te hagas un blog, aunque sea para poder contestarte en condi y saber un poco más de ti, que me tienes intrigaillo (no me vengas con eso del anonimato de inet, que lo de Fritz y las salchichas estaba cantado: o estabas en Alemania o en un bar temático tirolés de Chuecas ô.Õ´-)
Me alegro de que estés feliz por las tierras del Eje (joer, qué mal suena eso), y bueno, es que el estranjero cambia mazo. Yo a los dieciocho era un gañán, me fui a Bélgica y... bueno, sigo siéndolo, vale, pero es que soy un ejemplo pésimo.
Los códigos de la escoba and co. son por los juegos de rol (yep, friki que es uno) 1D4 significa el daño del arma, que sería 1 dado de cuatro, y lo dejo ya, que soy mu pesao.
El "tatami" es para hacer el candao alrededor del saco de boxeo y pensar que estoy haciendo ejercicio y todo.
jejeje Con las visitas de las madres como con los exámenes: el truco está en pensar que antes o después pasará... Y conste que quiero mucho a la mamma, eh?
Me alegro de no ser el único gesticulante de este lado del universo, podríamos crear un club o algo...
Un abrazo, con jersey gordito de lana, por aquello del frío.
Jajajaja gadi... menuda imagen, me ha encantado, fijo que si nos hubieran explicado eso con gestos en el cole todos habríamos sacado un diez jajaja. Gracias por ese co-felicidades co***nes, me ha encantado, y un abrazo caletero, que no caletoso.
XDDDDD Joer, Hellen, brillante. Eso me recuerda... (verídico 100% con testigos) La última vez que pedí comida al chino, el gato casi se me escapa (no es una metáfora, es literal), pero al llegar junto al chino derrapó y volvió corriendo para dentro. El repartidor, con una sonrisa de oreja a oreja, soltó: "No me lo voy a comé" Y se quedó tan pancho.
Gracias por ese felicidades para nada coaccionado, jajaja y un abrazo de guapamente, me hace feliz que te haya gustado esta entrada.
Shei... me alegra haberte alegrado la noche, pero creo que te debo muchas, pero muchas noches de alegría, porque tú no has hecho ni más ni menos que alegrarme la vida desde que te conozco y eso son muchas, pero muchas noches. Pícate de una vez y léete El último señor de Murcia, mujer, que te va a encantar. Y lo dicho, aún te debo mil días y un millón de noches, o al revés, o a pachas, así que, el tiempo.
Un besazo!
Oye Rafa, que vengo a agradecerte tu visita a mi blog, y me he quedado riendo un rato. Y pensando que algunas fronteras están desdibujándose definitivamente. Aquí, al otro lado del mundo, nuestra relación con los chinos del "todo x 2$" (que ya no son 2, vamos, que la infación está haciendo estragos) es la misma. La mayoría nos convertimos en mimos a la hora de pedirles algo.
ResponderEliminarPues eso, que tu sitio es muy divertido, es fresco y espontáneo. Me gusta.
Abrazos,
Qué bueno, esas personas que nos alegran el día con pequeños detalles son inolvidables.
ResponderEliminar"Tomo aire, porque soy mucho de tomar aire", peazo de frase, me ha hecho reír.
Gracias por tu visita, me quedo por aquí, me pareces un tío muy alegre.
¡¡¡Me has hecho llorar de la risa!!!
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