sábado, 27 de agosto de 2011

Soy un fantasma con cara de palo. Buh.

Vale, ni yo mismo sé muy bien a qué narices viene lo del título, pero bueno... de algún lado habrá salido, así que lo dejaremos ahí por si las moscas. Porque no, que yo sepa aún no estoy muerto (remarco el "aún", que tiene truco) y más que cara de palo tengo cara de... uhm... bueno, no lo sé, pero de palo seguro que no. Eso sí, contra el "Buh" no tengo nada que objetar. Siempre me ha hecho gracia eso de los sustos, aunque sean infantiles y un poquito de andar por casa.
El caso es que he estado... De vacaciones. He aprovechado para empezar una animación que le había prometido a un amigo que es director de cine (sí, lo escribo para darme ínfulas, ¿que os creíais?); dejar parada la novela que acababa de continuar después de dejarla parada y, un ratito después, seguir continuándola, más o menos; tener ideas para dos o treinta historias más (una especialmente cautivadora); leerme El nombre del Viento -toda una obra maestra con un prota acojonante y una prota odiosa hasta la médula-, La vieja Guardia -novelón de John Scalzi- y alguno más no tan importante; limpiar la casa varias veces, ir más aún a la piscina, celebrar el cumple de Rodri y, no contento con todo esto, pasar unas noches cojonudas con los niños, disfrutar de la gambita in coming, pegarme una feria de puta madre, tener problemas de cobertura con la Guareña y padecer resaca de absenta dos días seguidos.
Un grandioso verano.
Y aún quedan cinco días.
Creo, mirándome al espejo con las huellas de las fiestas, las resacas, la limpieza de la casa, la escritura, el flash y el poco tiempo de sueño dedicado a leer por encima de todo, empiezo a entender todo eso del fantasma con la cara de palo.
Este...
¿Buh?

Foto en Amsterdam con el pobre Danny siguiéndome el rollo...
Sep, en el fondo soy un fantasma. Como todos.

Pues eso. Prometo que la próxima actualización será coherente y todo, y mientras tanto... gracias por seguir por aquí. No sé lo que he hecho para que gente tan genial como vosotros siga leyéndome, pero ha debido ser algo muy grande, porque sois la leche. Hacéis que volver de vacaciones no sea, al fin y al cabo, algo tan malo.
Un fuerte abrazo y feliz finde!! 

jueves, 11 de agosto de 2011

Manejando el photoshop.

Hace ya tiempo que leo que algunos tenéis problemillas a la hora de tratar las fotos para que salgan chachis en la web (sep, ayer ví Zoolander), así que me he animado y voy a actualizar con un pequeño tuto sobre retoque con photoshop que espero que os ayude. Cualquier duda que tengáis, ya sabéis, podéis abusar todo lo que queráis de la ventanita de comentarios, que nunca se queja.
Al lío!!
Vamos a hacer dos ejercicios, uno de retoque dirigido a las potis y otro de retoque uhm... fantástico? bue, algo parecido. Para el primero vamos a tirar de una de las peores fotos que circulan por la red de la buena de Melinda Gord... digo... Jenifer Love-Hewitt, que se le están quedando los ojirrines como burgaillos. Para el segundo tiro de foto propia. Pero vayamos por partes... Oh, y recordad que para ver la imagen grande sólo tenéis que picar sobre ella, porque integrada en el texto se ve mazo pequeñita...

Ejercicio 1: 
Resalte del maquillaje del ojo (por ejemplo).

1.-Cogemos la foto que queramos retocar y la abrimos con photoshop.
2.- Con la herramienta de recortar señalamos la parte que queremos guardar :


Al darle al enter nos quedamos con lo siguiente, que ampliamos para trabajar con la herramienta lupa, marcada en la imagen:


 3.- Ahora vamos a empezar a trabajar la imagen, así que antes de nada nos vamos a la ventanita de las capas (F7 si la tenéis oculta), clicamos con el botón derecho sobre la capa con la foto y damos a duplicar imagen, tal que así:


 4.- En la capa que se acaba de abrir le damos a Filtro, enfocar, enfocar (todo marcado en la imagen). Veréis que la tipa queda con más poros que una caja de chococrispies, no problemo:


 5.- picamos en el ojito de la capa nueva para que se oculte y nos vamos a la primera capa que creamos...


6.- Con la herramienta desenfocar (marcada) desnfocamos suavemente los poros y demás de la primera capa que creamos (la que luego duplicamos, vaya). Da igual que quede demasiado borroso, luego lo integraremos. Por cierto, en ese cajetín hay tres herramientas: enfocar, desenfocar y dedo, pulsad un rato con el botón izquierdo y elegid la de desenfoque:

 
 ¡¡Y mirad la diferencia entre la primera foto, la desenfocada y la ultraenfocada!!

7.- Volvemos al proyecto: des-ocultamos la capa enfocada (le volvemos a dar al ojito) y nos situamos en ella (la picamos una vez con el botón izquierdo). Para resaltar el ojirrín de la Love-hewitt enfocado y eliminar el resto tenéis dos opciones: o bien borrar con la herramienta de borrado como en la imagen (personalmente no me gusta porque a no ser que seais unos artistas canta más que Marujita en cuanto ve una cámara)...

8.- O bien situándoos en la capa enfocada y jugando con la transparencia hasta que obtengamos el ojo que queremos y la piel difusa sin demasiado cante, que el photoshop ya huele de lejos. Así, así, como en la imagen...


9.- Todo guay, pero vamos a sacarle más jugo a la cosa... ponéos en la capa base, es decir, la desenfocada, no la transparente, y dadle a Imagen / Ajustes/ Brillo contraste...


9.- Y jugad con las opciones hasta que esteis contentos con el resultado:


10.- Y ahora, como os decía, en la capa base con foto desenfocada volvemos a darle a Imagen/ ajustes y nos vamos a equilibrio del color... y a experimentar!!

Mola, ¿verdad?

11.- Pues ahora, aunque ya hemos cumplido, vamos a darle cañita brava a la cosa con algo de tercer nivel... ¡¡Los efectos!! id a Filtros / Interpretar / efectos de iluminación...


 11.-¡¡Y echadle un try, que fijo que flipáis con los resultados (demasiado zoolander, lo sé)!! Esto queda especialmente guay en las fotos antiguas que tengáis que reconstruir ^__^:

12.- Y aquí el resultado: 

 Con un poco de paciencia podéis conseguir cosas como esta... ¡¡Convertir a la Love-Hewitt "bad day version" en Courtney Cox!!
Espero que os sirva, ahora vamos con el segundo:

Ejercicio 2:
¡¡Jugando con los filtros!!

Para este voy a utilizar una foto con Silvia del pasado Halloween. Sí, ¿qué pasa? me encanta disfrazarme. Al lío...

1.-: Pillamos una foto descolorida que a pesar de estar chula, la noche y el ambiente la dejaron un poco arenosa...
 2.- Con la herramienta de recorte quitamos de en medio las cortinas de la abuela y el brillo de la ventana...
 ¡¡Listos!!
 3.- Ahora nos vamos a Imagen / Ajustes y jugamos con el brillo-contraste y con los ajustes de color.
 Queremos un efecto chungo, así que podemos ser más radicales que antes...
 MUY radicales... no os olvidéis de jugar con todos los espectros de luz: medios tonos, sombra...
4.- Ahora toca duplicar capa. ya sabéis: F7 para sacar la ventana, botón derecho sobre la capa con la foto y duplicar capa...

 5.- Y vamos a jugar con los filtros en la capa nueva. Le damos a Filtros y se nos abre todo un mundo de opciones: Bosquejar, artísticos, incrsutados... ¡¡y esto es sólo el principio!!
6.- Para este proyecto vamos a usar el filtro artístico de "Fresco" para que le de aspecto de foto cutre y un poco antigua de esas que tanto le gustan a Iker Casillas, digo... Iker Jiménez.  También podríamos haber utilizado bordes añadidos, película granulada o incluso todas a la vez. Experimentad con los filtros y con las fotos, veréis qué de chuladas hay.


Y ahora nos vamos a la capa nueva con filtro y jugamos con la transparencia como en el ejercicio anterior, dejando este resultado... Mucho más impactante y tétrico que la foto original.


Y listos. para que veais la diferencia entre sin filtro y con filtro integrado os paso esta imagen.



Y eso es todo, aunque eso sí. estoy abierto para cualquier trabajillo que necesitéis (os añado un ejemplo de mi último trabajo aquí abajito, cosecha propia, incluída la integración de las texturas... perdonad la marca de agua pero no quiero que la cliente se mosquee ejem ejem) y bueno, si os ha sido útil y conocéis a alguien que pueda necesitar este tuto, no dudeis en pasarle el enlace.

¡¡Un abrazo!!

martes, 9 de agosto de 2011

En anteriores capítulos...

Me he dado cuenta de que cumplo menos que la Marujita, aunque en mi caso no me refiero a "años" así, en plan eufemístico, sino a que no suelo cumplir con lo que digo: que si voy a poner frase del día y luego lo abandono, que si voy a contestar los coments en la lista de comentarios y luego se me pasa, que si voy a dibujar... Amos, que nada. Y eso está mu feo.
No obstante, lo que está feo de verdad es que a lo largo de estos meses os he contado varias historias que han quedado, por así decirlo, inconclusas, y creo que ha llegado la hora de darles un final, o al meno de ponerlas al día.
Así que al lío:

La trama Chihiro.
Para los que seáis newcomers o, más castizo, acabéis de llegar, tengo una gatita que es un puntazo: Chihiro. Es blanquita, monísima, está mayorcita y, lo que es más importante, el pasado mes de abril se montó un trío de “todo vale” en lo alto de la tapia para gozo de todos los zoofilos del vecindario, que, honestamente, espero que sean pocos o, mejor aún, ninguno. Y cuando digo todo vale me refiero a TODO VALE: peras con manzanas, manzanas con peras, manzanas con manzanas... peras con peras no porque sólo había una pera, pero fijo que si hubiera habido otra gata no habría habido ningún problema y es que no hay nada más antinatural que un gato, claro (léase la ironía).

El caso es que después de más de seis días viviendo su privada versión de Las edades de Lulú a lo largo y ancho del barrio, Chihiro volvió a casa con el lomo en carne viva, un par de arañazos, sucia como la mente de un programador de horario infantil y, supuestamente, embarazada.
Poniéndonos al día, el carácter de Chihiro cambió bastante: se volvió más cuidadosa, dejó de escaparse a la primera de cambio... Vale que le cogió al truco a eso de visitar jardines ajenos, pero siempre volvía a los pocos minutos. Comenzó a comer más, cogió peso... Pero no. Por raro que parezca y para pena nuestra, al final no nos trajo gatitos, así que, Gadi... al final la historia concuerda exactamente con la de Lorca, jejejeje.

La gambita, en busca de un nombre:
Esa es otra historia que dejamos a medias. Resulta que mi mujer y yo estamos esperando una gambita. No, no es que yo sea un crustáceo, sólo soy gilipollas y me hace gracia referirme al chiquillo o chiquilla con esa palabra: gambita. ¿Qué? Cosas peores suceden a diario y nadie mueve un dedo por evitarlas ¿no? Pues eso.
El caso es que os comenté que todo eso de buscarle nombre estaba siendo un coñazo, que te da el tabardillo con el futuro, con las posibles rimas o en lo que se pueda convertir por culpa de ese nombre (reíros si queréis, pero no he conocido a ningún Herodes que haya salvado a un gatito de un incendio).
Así que... poniéndonos al día... Nos hemos decantado al fin por Rafa y por Ana Silvia, obviamente depende de si es chico o chica, aunque a mí me da que va a ser gambita hembra, vaya usted a saber por qué.
 
La operación Vin Disel. 
No, no quiero decir que vaya a operarme para parecerme a Riddick, me refiero a todo ese rollo de sacarme el carnet de conducir, a mis trenta y tres añitos y estudiando en la autoescuela... ¡qué mono, joder, me comía entero! (nótese la ironía). Pues nada, resulta que después de explicar varias veces que no, que no sabía conducir (coche) y que no, no había estado conduciendo sin carnet (repito: coche), encontré al fin una autoescuela que me gustaba gracias a cierta personita (besote, nena). Supuestamente empezaba al día siguiente...
pero...
poniéndonos al día...
Al final lo tuve que dejar para septiembre, aish, porque total, no me habría valido de nada empezar para dejarlo colgado todo el mes de agosto.
O eso dijo el intructor, que suena como más militar y machote que “el profe”.


Y bueno, más o menos eso es todo. Aún me queda hablaros del apoteósico cambio de telefonía, aunque eso quiero hacerlo con tiempo, porque tiene miga... Eso sí, no quiero acabar este post de buenos propósitos sin responder coments...

Gadi: Quilla, fijo que algún día de nuestra infancia hubimos de cruzar nuestros superpoderes en san Francisco escuchando a las "momias de uete pa uá los niños" o en San Antonio liándola por un bocata de la Tere, jajaja. La Caleta me pillaba lejos, yo era más de saltar de la roca barco y rezá por no caer encima de las chinas de abajo. Un besote niña.

Aydita: Lo primero muchas gracias por seguir por aquí, que quería contestar a tu coment tan majo del otro día y se me fue... ahora mismo voy a tu blog a darte la brasa. Y sep, lo de la boca es una puñeta y va para largo (la idea es dejar la zona en paz, esperar a que el injerto de hueso coja y pedir que me devuelvan la pasta, que total, es un implante al final de la boca y tampoco es, ejem, taaaan necesario). Nosotros lo del cola-cao lo vamos a tener que controlar con la gambita... lo pondremos en el armario de cosas peligrosas, jajaja. Un besote!

Burbu, ¿cómo que no tienes un gen x? Tienes el superpoder de estar siempre ideal de la muerte, mujer, ¿qué más quieres? ;) Yo el único poder que tengo es el de ser calvo. Bueno, y que cicatrizo enseguida, como Lobezno, pero eso es una larga historia (y no, no es coña. me dieron tres semanas para que cerraran los puntos y a los cinco días ya estaba cicatrizado un tajo de dos centímetros en la encía, en fin...). Eso sí, que estoy viejuno está claro pero lo de la boca viene de antes... demasiadas leches en la moto y demasiadas tontás por la noche, snif.
Ná, getta robot (o getter robot) es una serie del Nagai de cuando los mechas estaban de moda allá por los ochenta. Ya sabes: transformers, gundam y todo ese rollo. Aún así el reloj es la leche. 
Un beso, guapísma. 

Anna, es que Donatello molaba mucho, pero la mía... deberías saberlo ya: era Raphael (obvio). ^^ Y no, conste que no es por el nombre, es que nos parecíamos mazo, siempre comiéndose la bola en solitario, rayándose con las tontás de sus amigos y enamorándose tontamente de la April... Dos gotillas de agua. Muchas gracias por el consejo, tienes toda la razón del mundo. ¡Un abrazo tocho pa allá!

Coñe, Hellen, y si te digo que después de ver poli de guardería yo quería ser profe de educación infantil? No sé cómo se habría tomado Sheila lo de tenerme como compi de estudios hace unos años, pero fijo que los padres no dejaban a los niños en mi clase ni locos, snif snif. Gracias por las buenas palabras, sor Hellen madrina, y un abrazo enorme. 

Nada, Ro, aquí vuelvo a dar la brasa, jajaja. gracias por unirte al grupo y por tus buenas palabras, la verdad es que vuelvo estar super relajado. ¡Un beso enorme!

Silvia, eres un encanto, ¿lo sabías? Mola mazo leerte aunque estés de vacaciones, pero me vas a malacostumbrar, no me trates tan bien que luego te doy la brasa por la noche, jajajajajaja. Y eh, en el fondo casi consigo lo de convertirme en tortuga ninja, a saber: soy calvo, tengo el tamaño de un refrigerador combi y cada vez que paso la fregona se me pone la espalda rígida como un caparazón ^___^.
Pásalo estupendo por ahí arriba que ya se te echa de menos.

Roooodriiiir, que también te amamos mucho, muchacho (toma aliteración cojonuda y pertinaz). me quedo con lo de montar el supergrupo entonces, que ya somos muchos, y con eso de gurrupear en casa de Silvia (niña, sigue dándome cosa pillarte whisky del minibar, pero... Queda, ¿no? jejeje) Un abrazo tocho y este finde nos vemos ^^

Y bueno, frase del día... uhm...
"Por supuesto que sé cómo se usa una compresa, ¿te crees que no veo la tele? Se le echa por encima un misterioso líquido azul y luego se aprieta con el puño..." 
(Serguei Lukyanenko.- Los guardianes de la noche)

viernes, 5 de agosto de 2011

¿Héroes, villanos, telefónicas y patadas en la ingle? ¡Creemos un supergrupo!

Ya estoy de vuelta. Perdón por la desaparición pero es que han pasado taaaantas cosas que estos días he preferido desconectar para no escribir más ácido de lo normal. ¿El resumen? Se me cayó un implante dental de la boca, la editorial me mandó al carajo, tuve movidas con la fnac y empezaron los problemas con el rollo telefónico. 
Ja!
Bue, la gambita sigue bien y eso es lo que importa, así que lo dicho, perdón por estos días alejado. ¿Más cosas? Pues sí: Silvia, que lo pases guay por el norte. Feliz cumple, Rodri, y... 
¡¡Al lío!!

–¡Pasteles de chocolate, Robin! ¡Esto va de superhéroes!
–Calla, Batman, que con esas cejas pintás das risa...

Todos, o al menos casi todos, o a lo mejor soy sólo yo y en verdad soy más raro que el carajo... No, espera, así no pega.... Permitidme la licencia literaria y empiezo de nuevo: 
Todos, de pequeñitos, queríamos ser superhéroes. O bueno, como ya hemos dicho arriba, al menos yo sí que quería, es más estaba obsesionado, o mejor dicho, decidido: De mayor iba a ser superhéroe. Con cinco años y visto que en Cádiz no había laboratorios con cañones de rayos gamma, nadie me conseguía la dirección de Red Richards y el factor mutante no daba muestras de aparecer por ningún lado, me pispé de que iba a tener que ingeniármelas con la cabeza a la espera de que me picara un algo -lo que fuera- radioactivo, y por eso, ni corto ni perezoso, de los cinco años a los quince me dediqué a "diseñar" armamento para mi futura labor como vigilante/superhéroe [jodido Batman...]. Emborroné cuaderno tras cuaderno con dibujos de herramientas tan maravillosas como... 
-"La tapa de lata de la caja de galletas danesas... con cuchillas" -útil como arma, como escudo si le añadías unas tiras de cuero en el dorso, y genial como gancho trepador si le atabas un cable resistente, ¿que no?-
-"La percha tirolina con freno de bici" -para descender por el cable de acero de "la tapa de lata etc etc"-
-"La armadura flexible de cuero y franelilla" -hecha con la chupa de mi hermano y el montón de sábanas de franela que mi madre se empeñaba en que usara en invierno y yo me negaba entre lágrimas porque "hacía bolitas". Utilísima para bloquear disparos de las armas de los malos y, ya puestos, para hacer desaparecer las malditas sábanas-
Y, por supuesto "la capa de sombras ideal para planear en la noche" también conocida como colcha de mis padres. Uhm... estaba claro que tenía fijación con la ropa de cama.
Pero las herramientas no lo eran todo: un superhéroe debe estar dispuesto a erradicar el crimen de cualquier forma, así que también tenía mis venenos ("Bolsita con tres cucharadas de colacao" eso se lo endiñas a alguien en el gaznate y te lo cargas ahogado fijo. En su defecto también se podía utilizar el "duo de polvorones de La estepeña"), mis armas arrojadizas ("yo-yó con pegote de plastilina para que pese más", "el disco de la muerte" -un frees-bee o como se escriba con propaganda del CDS y la foto de Adolfo Suarez-, y, por supuesto, "las bolitas del destino" léase canicas que tiraba con estupenda puntería. Bueno, más o menos), 
-Mis métodos de sujección no letales ("la liana del caos" -la cinta de una casette del spectrum que eso no había quien lo rompiera-, "la cadena de la fuerza" -un montón de bisagrillas de las pinzas de tender enganchadas entre ellas, inspiración del motorista fantasma-...) 
-Y por supuestismo mis armas de mano, lo que más define  un super héroe, su símbolo, su poder... que en mi caso eran los "tonfas de madera dura" o lo que es lo mismo, el apoyabrazos y la barra de unión de una hamaca de los años de maricastaña que mi madre tiró a la basura y cuyos apoyabrazos yo recogí discretamente para guardar en mi escondite secreto de superhéroe -el armario del cuarto que compartía con mi hermano, el mismo armario que mi madre limpiaba día sí, día no, sospechando que su hijo tenía un sindrome de Diógenes en estado prematuro-.


Yo intentaba ser como Batman, pero
con tantos cacharritos me parecía más bien a este...

Llegaba hasta tal punto mi obsesión, y esto no es coña, que hasta los quince años todas las noches rezaba pidiendo convertirme en tortuga ninja. Afortunadamente dejé de hacerlo llegado a esa edad, no porque lo considerara una chiquillada, sino porque, viendo que no me había salido caparazón y que mis facultades ninjas seguían siendo las mismas que había aprendido en el gimnasio, me di por vencido y opté por rezar pidiendo por mis hermanitos, mis papas y mis abuelitos que están en el cielo, que era lo que me recomendaban mis padres y, al fin y al cabo, bien felices que se les veía.     

–¡¡Santos bocaditos de morcilla!! ¡¡Necesito ir al bat-gimnasio!!

Al final terminé creciendo y todo el rollo de convertirme en superhéroe quedó, más o menos, de alguna manera olvidado. Total, no había ningún supervillano cerca y eso de ser héroe es una mierda cuando no tienes a tu antitesis por ahí búscándole la ruina a la peña, con su risa malvada y su pasado atormentado.
Un coñazo.
Y aún así, me equivocaba.
Porque lo cierto, "amiwitos", es que sí que hay supervillanos, aunque ya no visten mallas de colores y lo del pasado atormentado y la risa malvada está por confirmar, pero que eso no os confunda: siguen ahí. Buscándole la ruina a la peña desde la oficina comercial de una empresa de telefonía o desde el pupitre de un banco, desoyendo una llamada de atención en un coche de la policía o negándose a tratar a un paciente porque su turno se ha terminado y no es culpa suya que el relevo no haya llegado, tratando con soberbia a un camarero o a un dependiente, meando en el suelo de los baños públicos o pegando una comprea en el techo porque -total- ya le tocará limpiarlo a alguien, programando un anuncio de cine escato en el intermedio de esa peli de Disney, abandonando a los abuelos en la gasolinera, cambiando los precios en una tienda de ropa... Porque sí, cada vez hay más villanos y, aunque ya de super no tengan nada, su capacidad para buscarle la ruina a la gente sigue siendo la misma. Lo peor es que desde que se quitaron las mallas, ni ellos mismos se dan cuenta de lo que en realidad son. 
Esta noche he tenido un sueño, no como el de Marthin Luther King, sino más bien como el de un replicante. He recordado otros tiempos, he recordado ese afán de luchar por la justicia, y cuando me he mirado al espejo, un poco más tocho, un mucho más viejo y un que te cagas más sabio, he pensado que, ¿por qué no? Sería divertido ser un superhéroe, desempolvar los viejos diseños y, con la ayuda de esas tiendas de chinos en las que venden de todo, dar vida al Increíble Hombre Calvo, o a Gadita Man, o al Hombre Carca, y luchar con todos esos villanos que han decidido dedicar sus vidas al mal sin ni siquiera saberlo.
¿Quién sabe?
Uhm...
Qué cojones: ¡Vamos a crear un supergrupo!
Total, aunque acabemos en la cárcel, podría ser divertido...   

 A esto se le llama abusar...