miércoles, 11 de mayo de 2011

El fin de una era.

  Pues sí, parece que al fin ha llegado el fin de una era: Aqueiriiiioooouuuus... No, espera, perdón, me he dejado llevar por el espíritu de Raphael. ¿Qué es lo que decía..? Eso, sí, que ha llegado el fin de una era: Chihiro ha vuelto a casa, mi madre se lleva bien con el gato, mi padre se ríe cuando me ve el tatuaje y la gata vuelve a dormir en casa. (No, Anna, no. Cuando hablo de "ya veremos que será de los gatos" me refiero que habrá que ponerlos en adopción, pero mujer, no les va a pasar nada malo si nadie los adopta: aquí hay sitio de sobra y me sobra [van dos] corazón para hacerle daño a ningún bichillo)


La futura mami sopando en el sofá, 
La normalidad vuelve a literal espejo
  O lo que es lo mismo, parece que en tan sólo unos dias todos hemos madurado un poco. Se me hace raro ver a mi padre ahora, un hombre afable y feliz, sonriente, lleno de carisma, entrañable y al que resulta imposible no amar, y reconocer en él al hombre terrible con quien tantas broncas tuviera de chico, broncas merecidas y poco castigadas para lo prenda que yo era, pero broncas al fin y al cabo. Es ahora, con el paso del tiempo, que tras esa vieja campaña bélica en la que él encarnaba a los Estados unidos y yo a Afganistan, nos resulta más sencillo brindar con un vaso de whisky y recordar los viejos tiempos que seguir guerreando con el casco y el fusco ya oxidado por viejas rencillas que el tiempo ha conseguido que olvidemos.
¿Y qué decir de mi madre? ha tenido palabras para aquellas facetas de mi vida que, en su comedido concepto del mundo, están fuera de lugar. Pero en ese discurso antiuado, en ese mitin censurado aunque amoroso, donde he creído reconocerla falseando, interpretando, como si estuviera (parafraseando algo que escribí hace tiempo) leyendo el mismo guión primigenio con el que la primera ameba de este mundo le decía a esa ameba hija, fruto de la mitosis de una semana anterior, que ya iba siendo hora de comprar un coche y sacarse un carnet.

  Es curiosa esta nueva forma de ver a los padres, a través de un DNI de hace años y el cristal de un vaso de whisky compartido y no reñido; es bonito contemplarlos como los arquitectos que son de este yo maduro y treintañero. Resulta entrañable recordar los viejos tiempo, dar y recibir unas claves que ya no queman acerca de los porqués de sus riñas y mis desplantes. Y resulta, en definitiva, embriagador, abrazar a este afable matrimonio que ha entregado su fuerza a mis brazos sin perder la sonrisa, sabiéndolos jóvenes sino en la vida, sí en mi y, eso espero, en aquellos que después vendrán.
Ya sabéis, todo ese rollo que decía Miguel Hernández:

"Besándonos yú y yo se besan nuestros muertos, los primeros pobladores del mundo".

Y bueno, perdonad si estoy ñoño o se me ha ido la mano en la alegría, pero hoy soy feliz.

¡¡Yupi!!


Y eso mola.

Un abrazo enorme y seguid bien. Ya que estoy ñoño, dejadme deciros que el teneros por aquí me hace sentir afortunado.

5 comentarios:

  1. Me alegra que estés feliz y que hayas disfrutado de tus padres.

    Sé lo que son las discusiones, las rencillas, que quieran cambiarte, que tengas la sensación de que no están orgullosos de ti, que querrían otro tipo de hij@, mejor vestid@, con otra personalidad, con otros gustos.

    Pero cuando te vas de casa, todo eso parece no importar, y pasas de discutir con ellos a echarlos y que te echen de menos, a que te inviten a comer, te muestren gestos de que les importas, cuando antes no lo hacían al tenerte las 24 horas del día...
    Cuando uno madura, las relaciones con los padres se ven de diferente forma.Y lo digo yo, que sólo tengo 25 años.

    Tú te sentirás afortunado, y los que te leemos nos sentimos afortunados también de poder leer tus palabras, de aprender de tu forma de narrar, de reírnos a carcajadas con tu humor.
    Y nos sentimos afortunados al leer tus comentarios, cuando desgranas y explicas nuestra forma de escribir.Ese regalo tuyo de tecnicismos y explicaciones nos hace sentirnos valorados, al sentir valorada nuestra prosa.

    Yo siempre soy ñoña, no es malo serlo.Peor es ser frío y no sentir...

    Un abrazo gigante de dos metaleros.

    Rebeca.

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  2. Lo que son las cosas... Los míos vienen este finde, después de varios meses sin verlos. Y me hace ilusión tremenda, llevo un montón planeando dónde les voy a llevar, qué voy a enseñarles. Quién me lo iba a decir...
    Me pasa como a Rebeca: cuando estaba en casa hablábamos más bien poco, y con esto de estar lejos, ahora charlamos a diario. Supongo que es un tipo de relación que mejora con la distancia. Y, aunque el cambio es para mejor y parece que estamos todos más relajados, me queda una sensación agridulce... Supongo que cerrar etapas, aunque sea para bien, siempre cuesta un poco. Y sentir ternura hacia mis padres, tener ganas de cuidarlos, me hace sentirme mayor y sentirlos a ellos frágiles. Y es difícil.
    Es algo en lo que llevo pensando bastante tiempo; gracias por ponerlo por escrito :).
    Anna

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  3. Hola Rafa, ya estoy por aquí, un poco con prisas así que dos cositas sólo.
    1) Yo con mi padre me voy llevando mejor con la edad, sobre todo desde que me fui de casa. Ya nos vemos más de tú a tú y no siempre en el plano de que se hacía lo que él quería pq yo me encontraba en un plano inferior. Desde que le digo las cosas tal y como las pienso, todo es mucho mejor y más fácil.
    2) Me alegro que a tu gata se le haya pasado la calentura o, como leí un día en un prospecto, la ninfomanía gatuna... te lo juro por Diorrrr, que ponía eso.. Peeeeeeeero, ha vuelto preñada?

    Besos

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  4. Aaaarg anoche blogger no quería na'conmigo! Vuelvo ahora q parece estás el levante en calma ;) Te decía que es normal ese "comprender" ahora, la madurez (se a los 30,40...y otras veces nunca jajaja) es lo que tiene. Bueno, y el que como vas a se "abu", ya has comprobado con Chihiro lo que "duelen los hijos" jajaja!!
    BESOS!

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  5. Ser feliz es bonito. Ser feliz es bueno. Ser feliz es necesario a veces. Ya te tocaba tu dosis de ñoñez y alegría pal cuerpo, leche! A ver si tu no vas a tener derecho nada más que a disgustos... Pues no! Hazle mimitos a tu gata y a tu señora y sonrie, que son esos momentos los que hacen que la vida valga la pena. Besotes!

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