Todo empieza antes de que amanezca, con el ruido de tus llaves arañando el metal
de la puerta. Te acercas a mí soñoliento y, sin una palabra, me
miras y pintas en tu rostro macilento y sin afeitar una sonrisa que
me resulta tan contagiosa como excitante. Yo, por mi parte, no puedo
menos que mirarte y sentir, como una corriente eléctrica, el sabor
de la anticipación apoderándose de mi cuerpo.
No son necesarias las palabras,
nunca lo han sido, los dos sabemos que sólo necesito tus pasos
masculinos y ese gruñido tan sexy con el que sueltas la chaqueta y el
portafolios sobre tu mesa de trabajo. No pierdes la sonrisa y
carraspeas, llevándote una mano nudosa y varonil a los labios.
Temblorosa, trato de serenarme para que no comprendas que tú, entre
todos los seres de este mundo, das auténtico sentido a mi
existencia. Pero no hacen falta más engaños, pues los dos sabemos
que somos lo único que tenemos, y por eso acercas tu mano a mí, y,
aún callado, pasas tus dedos cálidos sobre mi cuerpo, llegando casi
sin quererlo a esos botones que sólo tú conoces tan bien.
No puedo evitar tardar un poco,
nerviosa, llevada por los celos de tus compañeros de trabajo y sus
comentarios malintencionados acerca de la nueva, la del departamento
de al lado, con su aroma a vainilla y su sofisticado traje rojo. Pero
tú no me haces reproches, sino que sigues fiel a mí, y esperas,
paciente, a que olvide mis miedos y me entregue por completo. Voy
respirando, al fin, jadeante, sintiendo ese calor asfixiante y
delicioso que sube desde mis entrañas cada mañana, antes de que
amanezca, cuando posas tus manos en mí. Tú me sigues acariciando,
sonriente, esperando al momento álgido en el que tus labios se
acercan y, perdido ya todo el decoro, olvidados nuestros tabúes,
bebes de mí como de un manantial, como si realmente fuera yo y sólo
yo la fuente de toda la vida que en tu interior habita.
Es entonces cuando más
disfruto, perdida en el placer de saberme tuya, caminando como en
sueños por cada rasgo marcado de tu rostro atractivo y maduro.
Imagino, no temo decirlo, que soy una para siempre con tu pantalón
de tela, con la camisa siempre arrugada que vistes con premura en la
madrugada, con esa eterna chaqueta y ese ceño ya fruncido por el
duro día de trabajo que nos espera.
Por unos segundos, antes de que
amanezca, me siento amada, aunque sólo sea por unos instantes. Hasta
el momento en que perdida la sonrisa me abandonas, como siempre,
cuando el sol ya pinta el cielo, con un gracias más imaginado que
dicho. Yo, estúpida de mí, te respondo con un pitido inaudible,
jadeante y vaporoso. Como esa cafetera vieja y tonta que soy y que
sabe, aunque se mienta a sí misma, que antes o después acabará
siendo abandonada por esa otra, la nueva, con su aroma a vainilla, su
carcasa roja brillante y su café con sabor a caramelo.
Pero ya es tarde. El sol sale.
Sólo me queda soñar con que mañana, una vez más, volveremos a
fundirnos en un profundo trago.
Rafa del Río
Rafa del Río
Me ha gustado! besos
ResponderEliminarEres un maestro de los giros finales, y mira que me gustan a mí. Por cierto, ya podría aprender la basura de la PD James a escribir como tú sobre ciertas (posibles) escenas ;)
ResponderEliminarBESOS!
Muy bueno Rafa, se me ha hecho cortito! Nunca hubiera dicho que escribirias tambien en este genero y mas desde el punto de vista de la mujer. Pero yo te animo a hacerlo más veces porque se te da muy bien. Un beso!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Aydita. besos para ti también, ojazos ^_^
ResponderEliminarUy, Gadi, es la abuelita james está muy mayor y es de otro tiempo jajajaja. De todas formas para la novela negra soy muy mío, clasicazo, por ahí tengo aún unos pocos libros que conseguí salvar de la quema de la colección de mi abuelo, de los tiempos de maricastaña, que son los que más me gustan. Muchísimas gracias por seguir por aquí y por tus palabras. Un abrazo enorme y besos, niña gaditana ^_^.
Silvia, me encanta que te haya encantado, y más aún el verte de nuevo por aquí ^^. Muchas gracias por tus palabras y, ¡Eh! es lo que tiene ser tan jodidamente bueno en la cama, que entiendo lo que siente mi pareja (toooooooma pegotazo jajaja). Ná, en serio, gracias por tu comentario ^^ Un beso!
Coincido con Gadi, es dificil verte venir. Besotes
ResponderEliminarxDDDDDDDDDDD no me lo esperaba, es genial ^^
ResponderEliminarY eso con lo grandote que soy, Hellen, jajajajaja. Un beso!
ResponderEliminarJajajajajaja, gracias, Shei, es un homenaje a los relatos cambia finish con fatality, que siempre me han gustado ^^. Un abrazo!