"Juanito era un chico normal, uno de tantos que caminan sobre la faz de la tierra: Sacaba unas notas mediocres, no destacaba en los deportes, sabía perderse en un buen libro y disfrutar de una peli de acción; compartía su tiempo entre los videojuegos y algunos amigos, se sentía feliz en verano al paso de una minifalda o un escote generoso, discutía con sus padres, pasaba algunas noches en vela...
Lo normal.
Lo que Juanito tenía diferente, lo que le hacía especial, o al menos eso creía él, era la rabia. No la rabia de Mister Furioso, de ese Ben Stiller en Mistery men, pero casi: Una rabia que surgía ante la injusticia y la arbitrariedad social, ante el dolor ajeno, el abuso y la explotación, porque Juanito era, sobre todo y ante todo, una buena persona. Y por eso se rebelaba cuando el gobierno a través de la SGAE y viceversa le obligaba a pagar el canon por una caja de CDs saltándose el principio de presunción de inocencia al asumir, sí o sí, que Juanito iba a piratear. Por eso se indignaba cuando alguien en un autobús hacía un comentario racista sobre esos "putos chinos", porque Juanito pensaba que, a fin de cuentas, los chinos no hacían más que trabajar y sonreír a pesar de la mala educación y los malos modales que los compatriotas españoles de Juanito, los más zafios, brutales y débiles mentales, esgrimían contra los orientales. Por eso explotaba de ira cuando se enteraba de que habían vuelto a expatriar a un rumano por el simple hecho de cumplir con su trabajo de vigilante en un almacén nocturno, lloraba cuando alguien era apaleado por razón de su color y, a pesar de no tener ningún amigo gitano, Juanito sabía a ciencia cierta que todos, al fin y al cabo somos iguales.
Porque sí, sobre todo y ante todo, Juanito era una buena persona.
Y un día, Juanito creció.
Creó con toda ilusión un portal web de intercambio de mascotas virtuales, nada serio al principio, un simple hobby, por ayudar a los demás. Y un buen día, casi sin darse cuenta, el portal empezó a dar dinero. Primero fue la simple publicidad de una tienda local, después una web de descargas, más adelante un taller de reparaciones de alta tecnología, luego las diversas marcas de mascotas virtuales comenzaron a invertir en él.
Y empezó a ganar pasta.
Otro buen día Juanito descubrió que si eliminaba los enlaces a otras páginas amigas podría quedarse con el monopolio del mercado, y poco a poco fue eliminando dichos enlaces. Luego descubrió que si la gente que comentaba en su web seguía enlazando a páginas externas seguiría perdiendo dinero, así que recortó esos comentarios. La gente se quejó, por supuesto, pero Juanito lo tenía todo pensado: kick-ban kick-ban kick-ban... poco a poco fuer eliminando a los usuarios que le molestaban, suprimiendo sus comentarios e incluso modificando sus perfiles y sus palabras para que dijeran lo que él quería leer.
Y así, poniendo límites a esa libertad de expresión que creía adorar, Juanito empezó a ganar PASTA... Y se hizo rico.
Contrató a un arquitecto amigo suyo para que le diseñara la casa de sus sueños, una residencia colonial en lo alto de un monte de la Alpujarra, o puede que en Alcalá, ¿tal vez por el Tividabo? El arquitecto le propuso un grupo de albañiles muy profesionales, pero Juanito prefirió contratar a un grupo de mano de obra barata que un capataz sin escrúpulos le propuso de tapadillo. Era posible que los chavales -la mayoría estudiantes y licenciados inmigrantes- no cobraran su sueldo, era posible que no estuvieran dados de alta en la seguridad social y que en caso de accidente un boquete en algún descampado fuera la mejor opción, pero bueno...
Él les estaba dando trabajo.
Cuando la casa estuvo terminada, el capataz huyó con el dinero y los albañiles se pusieron en huelga en la puerta de su casa, así que Juanito, todo indignado él, llamó a los de inmigración para que le sacaran del apuro, porque, a fin de cuentas, sobre todo y ante todo, Juanito era una buena persona.
Con el dinero que sacaba de la web y lo que había ahorrado en “b” en la construcción de la casa, Juanito decidió montar una empresa diferente para desviar fondos, y como la chica que le gustaba era una enamorada de los zapatos, Juanito montó una zapatería de alto estanding en pleno centro para surtir a su futura prometida de todo el calzado que pudiera desear. La cosa fue viento en popa y Juanito se olvidó de la web, que ahora estaba en manos de programadores profesionales.
Un día, puede que un buen día, más bien uno malo, llegó la crisis y la zapatería empezó a hacer aguas. La gente no tenía dinero para gastar, le decían, pero entonces... ¿Por qué en la tienda de al lado, en la de los chinos, la gente seguía comprando zapatos? Juanito no podía entenderlo, seguramente por eso volvió a las cuatro de la mañana en busca de respuestas, cuando las únicas luces que iluminaban la calle eran las de la oxidada farola, la del interior de la tienda de los chinos y la de la potente llama del mechero Ronson de oro y pedrería que acercaba lentamente al trapo empapado en alcohol que salía de la botella de benzina que llevaba en la mano izquierda.
Un día, puede que un buen día, más bien uno malo, llegó la crisis y la zapatería empezó a hacer aguas. La gente no tenía dinero para gastar, le decían, pero entonces... ¿Por qué en la tienda de al lado, en la de los chinos, la gente seguía comprando zapatos? Juanito no podía entenderlo, seguramente por eso volvió a las cuatro de la mañana en busca de respuestas, cuando las únicas luces que iluminaban la calle eran las de la oxidada farola, la del interior de la tienda de los chinos y la de la potente llama del mechero Ronson de oro y pedrería que acercaba lentamente al trapo empapado en alcohol que salía de la botella de benzina que llevaba en la mano izquierda.
Juanito volvió a sentir la rabia. Mientras el cóctel molotov volaba en arco girando en círculos ardientes contra la tienda de los "putos chinos", Juanito supo que estaba haciendo lo correcto porque, a fin de cuentas, sobre todo y ante todo, él era una buena persona.
Y tú...
¿También eres una buena persona?"
Y fin, espero que me perdonéis el cinismo, pero es que el calor me pone existencialista total. Por cierto, antes que me olvide, voy a pillarme cuatro días de apagón digital para centrarme en una novela que estoy empezando y no paso el capítulo I, así que hasta el miércoles estaré desaparecido. Si necesitáis algo, lo que sea, dejad un comentario aquí, que me avisa a mi mail personal y ya me pongo en contacto con vosotros. Si no, lo dicho, nos vemos el miércoles de nuevo. Un abrazo tochismo, pasad un finde de puta madre y que vaya genial el inicio de semana.
Ta lue!
PD Isabel, Adrierika, muchismas gracias por entrar. En cuanto vuelva tengo que mirar vuestros blogs, que me sabe mu feo no devolver el comentario, pero lo dicho, muchas gracias.
PPD Anna, pues nada, vodka negro on the rock y caldito de pollo para el próximo boom comercial (con lo rico que están el gazpacho y la absenta, sigh!) Un besote!
PPPD Muchas veces os he comentado en vuestros blogs (puede que en este también) que hace unos años me descoloqué y pasé una depre de caballo... pues bien, la foto que ilustra este blog me la tomaron con una reflex en esa época. La persona que me la tomó amplió el careto y me lo envió diciéndome que algo iba mal: estábamos de copas, tranquis, y yo tenía esa cara. Mal rollo, con lo cachondo que solía y vuelvo a ser...
¿A dónde voy con esto? A que me he encontrado esta foto navegando por flogs antiguos y no he podido evitar pensar un poco en todo lo que pasó, así que os doy un pequeño consejo: Cuando un amigo os advierta de que estáis perdiendo el norte, escuchadle, porque eso significa que ha llegado la hora de cambiar de rumbo. Y por ello, a pesar de todo y de todos, Gracias, Isra. (y Shei, y Eva, y Patry, y Danny... sí que había hablado de esto en el blog, sí)
Y ahora sí... ¡¡A disfrutar el veranito, niños!!
PPPD Muchas veces os he comentado en vuestros blogs (puede que en este también) que hace unos años me descoloqué y pasé una depre de caballo... pues bien, la foto que ilustra este blog me la tomaron con una reflex en esa época. La persona que me la tomó amplió el careto y me lo envió diciéndome que algo iba mal: estábamos de copas, tranquis, y yo tenía esa cara. Mal rollo, con lo cachondo que solía y vuelvo a ser...
¿A dónde voy con esto? A que me he encontrado esta foto navegando por flogs antiguos y no he podido evitar pensar un poco en todo lo que pasó, así que os doy un pequeño consejo: Cuando un amigo os advierta de que estáis perdiendo el norte, escuchadle, porque eso significa que ha llegado la hora de cambiar de rumbo. Y por ello, a pesar de todo y de todos, Gracias, Isra. (y Shei, y Eva, y Patry, y Danny... sí que había hablado de esto en el blog, sí)
Y ahora sí... ¡¡A disfrutar el veranito, niños!!
Muy bueno tu texto Rafa!!Todas las personas tienen sus virtudes y sus defectos, pero uno mismo no es quien para decir si es buena persona o no...eso lo han de decir quienes le conocen...
ResponderEliminarY te deseo la mejor de las suertes con esa novela que estás empezando!!espero que de aqui al miercoles hayas avanzado tanto como te den als manos para escribir!!
Un abrazo grande para ti y la familia!
Rebeca.
Ayyy cuanta verdad en ese texto...
ResponderEliminarTe deseo que las musas te acompañen!!!
Un besote y aquí te esperamos ;)
Un aplauso para ti,en pie y con lágrimas en los ojos,que buenos son todos cuando están entre los normales,pero que hijos de puta se vuelven cuando dejan de ser uno de los nuestros. Tengo entre mis mejores amigos a inmigrantes, mis familiares en su día lo fueron y algunos lo siguen siendo. La gente que se llena la boca repitiendo que son solidarios y nada racistas,deberían leer tu entrada..Ánimo con tu novela, estaremos esperando tu vuelta!!! besotes!
ResponderEliminarAins... qué triste... Pero lo peor es que en cierto modo es verdad en muchísima gente que piensa que es de lo mejor (con sus obras sociales incluidas)
ResponderEliminarNo te preocupes por la visita al blog, que lo tengo paradillo y no es del estilo de la Tarada, es puro poti y maquillaje,je,je je y como que no te veo... A lo mejor para carnavales =^.^=
muy bueno Rafa!
ResponderEliminary suerte con tu libro, animo y a darle al coco.
besos
no te preocupes que no pasa nada, de momento no te corto la cabeza jejeje
ResponderEliminarRafa! Espero que estos días en los que nos olvidas te vayan genial en tu novela :P ya nos contarás!
ResponderEliminarQue curioso que ayer estuve discutiendo con mis amigos sobre las tiendas de los chinos, y su resquemor con ellos....
Besitos!!!!
Y buen finde!
http://eldiariodeshyris.blogspot.com/
Rafa, te lo he aclarado en mi post ;) Bsotes
ResponderEliminarEspero que te cunda muchísimo ese apagón, guapo. Tienes toda la razón con lo de los consejos de amigos, y la imagen habla por si misma, esa arruga del entrecejo no dice ná bueno! BESOS!
ResponderEliminarMe ha gustado el relato. Espero que este tiempo que te tomas te llene de ideas estupendas y creativas para seguir con tu novela. Como decia una profesora mia de psicologia de la conducta normal y desviada "nadie es lo que no quiere ser". Creo que esa frase es un pilar en mi vida. Besotes y mucha mierda con tu novela!!
ResponderEliminarGenial la historia... Seguro que la novela superará las expectativas ^^ ¡ánimo con la escritura! Ya nos contarás qué tal te ha ido dentro de unos días. Y si no, por si acaso... ¡feliz verano!
ResponderEliminarInteresante tu texto, da que pensar.
ResponderEliminarY muy interesante también lo de escuchar al amigo. Los demás siempre están ahí para ver lo que nosotros no vemos, así que hay que escuchar.
Un besote
Cuantas verdades en poco texto...
ResponderEliminarTodos nos creemos buenas personas, y todos hacemos de las nuestras...
Y lo de escuchar a los amigos... tienes toda la razon del mundo, si te dice algo, por algo será...
Un beso