Revolotean sobre mi
lecho, extasiadas, diminutas, hermosas... Rendidas a unos principios
que, si alguna vez fueron ciertos, yacen ahora olvidados y presos
en las jaulas de un tiempo que jamás llegó a existir. Reflejos extendidos a lo largo de un fatal abrazo que, entre juegos, supuso mi primera muerte.
Como polillas
entregadas a una llama que, sin saber, yace extinta -luciérnagas que
apenas iluminan un camino por nunca en los mapas registrado-, las
palabras se posan en mis manos. Manos incapaces, de tan cansadas,
que no logran retener entre sus dedos el sentido de estas fugaces estrellas.
¿Está escrito
en ellas el final de aquella novela que jamás te llegué a narrar?
Tampoco importa.
Nada importa.
Cuando las palabras vuelan
libres, la cabeza del autor es un páramo vacío y yermo.
Rafa del Río.
Ay cómo te entiendo! Y aun diciendo que la inspiración no está, nos regalas estas bonitas letras ;
ResponderEliminar:)
Muchísimas gracias, Gadi ^_^
EliminarMuy bonito, diferente a lo que habia leido anteriormente de ti. Me gusta mucho
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Françoise, supongo que estoy mutando o algo ;)
EliminarLas musas vienen y van. Pero a ti se te dan muy bien, como ñas palabras. Mira si no el texto que has escrito. ^^
ResponderEliminarY sí, me siento tantas veces así :S
Besos
Muchísimas gracias, Shei. Y bueno... ya sabes que tengo mis días mejores y mis días peores en eso de escribir. Sea como sea, gracias ^^
EliminarUn abrazo millonario (o un millón de abrazos, ya tu sabe ;) )
Rafa
PD XD vale, la mía es más redondita, pero el trazado es casi el mismo, a excepción de la de y la b, creo que es más que parecida.
Llama a Telemusa, que a veces funciona (a mi me funcionó para sacar nota en una redacción en inglés).
ResponderEliminarGenial como siempre. Besotes
Bueno, la cobertura me va así, así, pero lo intentaré ;)
EliminarMuchas gracias, Hellen ^^
Un beso!